Acabado arenado

El acabado arenado en mármol y piedra natural proporciona una superficie con un suave relieve granulado.

El resultado final es una base finamente punteada de superficie no lisa que sin embargo mantiene la uniformidad en su textura.

El proceso de arenado consiste en la exposición de la superficie de mármol o piedra natural a un chorro de arena silícea o de acero a alta presión. Lo que se consigue con ello es una suave abrasión.

El caudal, la velocidad y la presión de los elementos abrasivos se pueden calibrar en función del efecto final que se busca.

En interiores, aunque es posible utilizarlo, no se acostumbra a emplear debido a su textura rugosa.

En exteriores, su aplicación es posible en cualquier tipo de revestimiento, ya sea fachadas o pavimentos.

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